En el ámbito agropecuario toma cada vez más relevancia la necesidad, no sólo de adoptar prácticas que sean más amigables con el medio ambiente, sino también de lograr restablecer el potencial la salud de los recursos naturales degradados. En este contexto, la agricultura regenerativa es propuesta como alternativa a las prácticas convencionales para la recomposición de la salud de los suelos, cuyo fin último es aumentar la fertilidad del mismo asegurando no solo su rendimiento, sino también el abastecimiento de alimentos a largo plazo.
En el marco del proyecto Diálogo Argentino – Alemán sobre Innovaciones Agropecuarias Sustentables (DAAIAS), se entrevistaron referentes de institutos de investigación de ambos países, para comprender en mayor profundidad este enfoque. Francisco Rodrigo TIZON (FRT), Doctor en biología y actual coordinador de la Red de Agroecología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y Roger Funk (RF), Doctor en ciencias agrarias con especialización en erosión eólica del suelo y actual investigador en el Leibniz-Centre for Agricultural Landscape Research (ZALF) e. V. comparten sus conocimientos sobre esta práctica.
¿De qué hablamos cuando hablamos de Agricultura Regenerativa?
Rodrigo Tizón (INTA): Este concepto inicia con el Instituto Rodale (USA) en los años 80 y, si bien hoy se mantienen los principios fundamentales, han ido evolucionando. Se trata de un sistema agrícola que supone iniciar la práctica en un agroecosistema degradado, se refiere a la regeneración del suelo como organismo vivo. El término regenerativo tiene un sentido biológico y supone la regeneración de la biodiversidad sobre este suelo.
Contempla dentro de sus principios, mantener durante todo el año la cobertura de los suelos, no sólo con una capa de materia seca sino también con una cubierta viva de vegetación, proveyendo de raíces vivas que también son importantes para la regeneración del suelo vivo. Esto tiene que ver con la eliminación de los laboreos mecánicos y químicos y también, de los fertilizantes químicos para la nutrición de los suelos. Por supuesto que todo esto mejora la diversidad del suelo y se potencia si también se incorpora la ganadería en distintas secuencias de la rotación de cultivo.
Roger Funk (ZALF): El término regenerativo parte de la base de que hay un problema que debe ser resuelto y en el caso de los suelos es la degradación de materia orgánica del suelo, afectando principalmente su fertilidad. Lo que se busca es regenerar el contenido de carbono (humus o materia orgánica), esto significa que se activan sustancias orgánicas, vivas y procesos de transformación de los suelos. Entonces, es traer suficiente materia orgánica al suelo, mantener el suelo vivo y mantener el “alimento” de los microorganismos, el resto es tarea de los procesos naturales, el objetivo es darle las mejores condiciones iniciales.
¿Qué beneficios y desventajas tiene este tipo de prácticas?
Rodrigo Tizón (INTA): Las ventajas están en su propia definición, toma como inicio para la práctica, agroecosistemas degradados, y con respecto de la agricultura agroindustrial, en principio se inician procesos de restauración y luego ocurre la regeneración como proceso natural. En cuanto a las desventajas, están relacionadas con el contexto, al ser un sistema nuevo está ciertamente desprotegido normativamente y financieramente, no hay todavía muchos beneficios para poder iniciar un sistema de regeneración. Al inicio, se necesita un tiempo de carencia para poder empezar procesos virtuosos, probablemente con una rentabilidad menor, hasta que se logren los primeros pasos de la restauración. En ese mismo sentido, todavía no está tan valorado por la sociedad, incluso por los institutos de investigación, lo que hace que no sea un sistema tan conocido como otras agriculturas, lo que lo pone en alguna desventaja. También puede debilitarlo de cierta manera el hecho de que no sea un sistema holístico, es decir, que no mire todos los componentes del sistema o que las certificaciones sólo se basen en algún indicador, lo hace bastante heterogéneo.
Roger Funk (ZALF): Como ventajas, en Alemania hablamos de la salud del suelo y un suelo saludable es más resistente a los eventos de la naturaleza, como son inundaciones o sequías, entonces, puede reaccionar mucho mejor que un suelo degradado. Son mucho más estables frente a la erosión y las cargas pesadas, la regeneración es mucho más fácil. Como desventaja, quizás el rendimiento puede no ser tan alto como en otras prácticas como agricultura intensiva, pero también estamos hablando de los aspectos de biodiversidad y aspectos económicos. Al final para el productor es importante el ingreso y también depende de la sociedad si está lista para pagar por eso o no.
¿Cómo se relaciona con otros métodos de agricultura? Agricultura orgánica, agroecología, intensificación sustentable, etc.
Rodrigo Tizón (INTA): La intensificación sustentable, es un modelo que propone la eco-eficiencia[1], pero no el cambio de insumos, es decir que sigue utilizando insumos químicos, proponiendo un uso más eficiente de los mismo, mejorando su genética o con diferentes materiales genéticos y también quizás algunas rotaciones. Se enmarca dentro de la agricultura agroindustrial con ciertos parámetros para mejorar la eficiencia general del sistema.
Respecto de la agricultura orgánica también propone la eco-eficiencia, pero cambiando insumos químicos por insumos biológicos, o sea, que tiene un fuerte componente de resolución de contaminación por agroquímicos, herbicidas, insecticidas, fungicidas y también por fertilizantes como el nitrógeno y fósforo.
Estos dos sistemas (intensificación sustentable y agricultura orgánica) los podemos agrupar en no degradantes o que bajan mucho la degradación en diferentes aspectos, pero se mantiene en un nivel de sustentabilidad, no de regeneración como propone la agricultura regenerativa.
Luego tenemos la agroecología, cuya ventaja sobre las otras tres, es que es holística y ese holismo hace que se aborden también aspectos sociales del sistema e incluyendo a su vez a las otras formas de producción.
Roger Funk (ZALF): Yo no marcaría una línea tan estricta entre estos métodos. Permacultura, agricultura orgánica, agroecología, todos buscan mejorar las propiedades físicas y químicas de los suelos en el largo plazo.
¿Podrían convivir simultáneamente?
Rodrigo Tizón (INTA): En mi opinión sí pueden convivir, de hecho ya están conviviendo. Sin embargo, la agricultura industrial tiene hoy en día una dominancia muy alta respecto de estos otros tres sistemas que estamos hablando. La agroecología propone un rediseño del sistema, por supuesto están los policultivos, la rotaciones, la incorporación de árboles, entre otros, que involucran muchos de los conceptos de la agricultura regenerativa, por eso es que la transición agroecológica va cubriendo todos los sistemas anteriores.
Roger Funk (ZALF): Claro que sí! Hoy ya lo hacen y como mencioné anteriormente la línea divisoria entre muchos de ellos no es tan marcada.
¿Cómo ves en el futuro esta práctica? ¿Cuáles son sus desafíos?
Rodrigo Tizón (INTA): El futuro de la práctica, creo que es enorme, se está viendo su expansión. Quizás uno esperaría que fuese más rápido pero como todo cambio de paradigma, es lento, aún utilizando los mismos sistemas de comercialización tradicionales en los que no se tienen que crear nuevas normas ni circuitos de compra/venta. Al tener varias desventajas de contexto se puede ralentizar la adopción por parte de productores y de las mismas empresas del sector. Sin embargo, pienso que tiene un gran futuro y es deseable que lo tenga. Ya hay sobradas pruebas de la degradación ambiental que ocurre por la producción agropecuaria, y en este sentido, la propuesta regenerativa, es un gran paso para revertir los problemas que estamos teniendo con los suelos, la biodiversidad y el clima.
El desafío está en despertar el interés tanto de los productores como de los decisores para que puedan generarse políticas públicas de promoción de la agricultura regenerativa y también, como un paso dentro de la agroecología. Creo que la agroecología es una instancia superadora de la agricultura regenerativa, pero no la reemplaza, sino que puede tomarse como un paso para llegar al enfoque holístico, incluso a un modelo de desarrollo rural sustentable que podría pensarse incluido dentro de la agroecología.
Roger Funk (ZALF): Yo creo que es necesaria, todos nosotros vemos los efectos de la agricultura intensiva y no hay otra forma, tenemos que salir de las formas actuales de agricultura e ir a prácticas más diversas y amigables con la naturaleza. Instrumentos políticos como los de la “Política Agrícola Común” de la Unión Europea, que en el futuro proporcionarán financiación para prácticas más respetuosas con el medio ambiente, ofrecen un marco político que creo que es bueno y que los productores seguirán. Creo que la propiedad de la tierra puede jugar un rol importante en las decisiones que se toman, también la tradición, aunque en menor medida, pero al final los productores, que son los expertos que trabajan con los suelos, van a ver las ventajas.
Aunque muy incipiente, ya hay varias iniciativas que buscan incentivar esta práctica a través de empresas privadas. Algunos buscan, mediante incentivos lograr una valorización y monetización de la regeneración de los suelos. Otros ofrecen productos como el Té de compost que estimulan la regeneración, o tratamiento de semillas para un mejor sistema de enraizado. Y finalmente, empresas certificadoras de carbono o de humus, garantizando la estandarización de criterios y transparencia.
Es evidente que la agricultura regenerativa, ya sea como práctica independiente o como paso dentro de otros sistemas agropecuarios, es clave para el aseguramiento de la fertilidad de los suelos y por ende la producción de alimentos futuros. Los beneficios de esta transición son muchos, pero no sin sus desafíos en la adopción por parte de los productores. En este marco, el Dialogo Argentino-Alemán comienza a tomar un sentido mayor, en el que a través de la colaboración conjunta e intercambio de conocimiento y casos de éxito de ambos países, se pueda lograr mayor visibilidad y viabilidad de este tipo de prácticas que logran ser más amigables con el medio ambiente y la sociedad.
[1] Relación entre el valor del producto o servicio producido y la suma de los impactos ambientales a lo largo de su ciclo de vida
Más información:
Alemania
https://www.oekolandbau.de/landwirtschaft/pflanze/grundlagen-pflanzenbau/regenerative-landwirtschaft/regenerativer-ackerbau/
https://www.regenerative-landwirtschaft.de/startseite.html
Argentina
https://intainforma.inta.gob.ar/agricultura-regenerativa-aliada-para-un-futuro-sostenible/
https://intainforma.inta.gob.ar/mapean-80-experiencias-agroecologicas-en-todo-el-pais/
Publicado por:
Diálogo Argentino – Alemán sobre Innovaciones Agropecuarias Sustentables
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